El fin de semana de pasado se cumplieron ochenta años del descubrimiento de elemento en la tabla periódica llamado Krinsina, su abreviación es KN. Los científicos hicieron una fiesta de grandes magnitudes, en distintos países del mundo pero la fiesta principal fue en Austria pues ahí descubrieron el elemento. Yo compré un par de relojes conmemorativos con la leyenda “A ochenta años del Krinsina” uno se lo obsequié a mi hermano que es científico y el otro me lo quedé yo. No le gustó mucho pues me dijo que su gusto es más inclinado por relojes modernos. Igual lo dejó para coleccionarlo.
En televisión vi una entrevista que habían hecho al científico que lideraba al grupo de investigadores, recién descubrieron el elemento. La calidad del video era muy mala pero la magia de la televisión hizo que fuera mejor. Lo más importante que dijo ese científico fue que estuvieron a punto de dejar toda la investigación a un lado ´pues llevaban vario tiempo y recursos invertidos y no obtenían resultados positivos y justo un día antes del último deadline que tuvieron una joven llegó inspirada ese día y cambió unas cosas y logró encontrar el Krinsina, se llama así por la chica nativa de kosovo. Ana Krinsina. La chica se volvió una de las científicas más influyentes del mundo con tan solo 19 años. De hecho los relojes que había comprado tenían la imagen de Ana krinsina, le rendían un pequeño homenaje.
Los usos de la krinsina ya solo los científicos lo saben, esa es otra parte de la investigación. Supuestamente una de sus aplicaciones se encuentra en los relojes modernos, pero eso suena a un invento de una empresa para aprovechar este acontecimiento.
Para cerrar el día de celebración transmitieron un documental sobre Ana que mostraba su lado como científica y su lado social, humano y ella era una joven muy tímida, no socializaba mucho con la gente pero siempre tenía esos chispazos de lucidez que le hacían encontrar las respuestas claves para resolver problemas, desde muy simples hasta tan complejos como el descubrimiento de elementos. Murió casi a los noventa años de una extraña enfermedad, que de hecho fue descubierta en ella y posiblemente se la atribuyen al constante contacto de la krinsina. Su familia era muy grande y a raíz de la muerte de Ana, todos se tuvieron que someter a estudios para que no fueran a sufrir la enfermedad provocada por la Krinsina -KN- las generaciones más pequeñas estaban a salvo, los familiares más grandes si tenían alta densidad de Kn en su sangre por lo que tuvieron que recibir un tratamiento exclusivo para evitar que se desarrollara una nueva enfermedad. Así con esa familia surgió y terminó una enfermedad, ha sido la enfermedad que menos gente registra infectada y muertes.
Así fue el día en que se celebraban el día de la krinsina. Toda una historia, que perdurará en la memoria colectiva. De hecho los niños ahora ya incluyen en sus libros de historia el descubrimiento de la krinsina.