Overblog
Edit post Seguir este blog Administration + Create my blog

Festejando en Milán con mis relojes modernos

Publicado en 7 Junio 2013 por El relojes modernos in relojes modernos, relojes, invicta, relojes para hombre

Festejando en Milán con mis relojes modernos

Entre las cosas que curiosidad es saber cómo funcionan los relojes, son tan pequeños que para hacerlos se necesita mucha precisión y paciencia. Siempre me imagino a un señor muy viejo con unos lentes que a su vez sean lupa y le permitan ver todo muy de cerca.

A mis amigos le da curiosidad que los gatos al pegarles una cinta caminen raro, como si la cinta los presionara demasiado. También se le quedan viendo las luces de los relojes modernos a los gatos todo les da curiosidad y les atrae, como dice el dicho la curiosidad mató al gato. Como cuando un perro se ve al espejo, se vuelven locos y quieren jugar con el otro perro.

Si armar relojes de mano es todo un arte ya me quiero imaginar los relojes que ponen en las torres, esos si se necesitan máquinas pesadas y bastantes hombres para armarlos y montarlos y que no tengan fallas.

El otro día fui a un restaurant a cenar una hamburguesa de pollo, pues dicen que es el plato más popular de ahí. El lugar estaba cerca de uno de los monumentos más importantes en Milán. Cuando llegue a cenar estaba el partido entre inter y milan, el clásico de la ciudad, el partido más importante que ninguno de los dos equipos puede perder o empatar. El partido estaba muy bueno, primero empezó ganando Milán, pero no tardó en empatar el inter. El restaurant estaba lleno de aficionados a ambos equipos y gente que al parecer le importaba más comer que ver el fútbol. Detrás de mí había una pareja de señores ya grande que les molestaba el fútbol y el caos que un partido como el clásico provocaba en la ciudad. Todos miraban sus relojes modernos para que ya terminara el partido, el milan iba ganando por un gol, pero el inter no estaba muerto estaba atacando buscando empatar el cotejo.

El partido terminó con victoria para Milán, de pronto las calles y el monumento que estaba afuera se llenaron de aficionados festejando el triunfo de su equipo pero se llenó afuera del restaurant la pareja de ancianos de atrás estaban molestos porque no podían salir del restaurant. La Barra brava de Milán tenía bengalas, banderas, cantaban imposbile caminar ahí para ese par de viejitos. Se la pasaban revisando sus relojes viendo la hora, desesperados por no saber hasta qué hora podrían irse. Empezó a llegar los carabineros y a la señora se le ocurrió salir y pedirle ayuda a la policía. Salió y amablemente les ayudaron, les abrieron camino entre los aficionados parecían los reyes de Italia, obvio la gente comenzó a cantarles, como si fuera parte del equipo.

Yo pagué lo que había comido y me salí a la plaza para disfrutar del espectáculo de la barra brava, fui con un señor que vendía bufandas del equipo y le compré una para entrar en la dinámica y divertirme con los aficionados. El festejo duró hasta la madrugada, ese día jamás imagine que terminaría ahí.

Comentar este post